En medio de un despertar mundial a los imperativos medioambientales, la Unión Europea ha puesto en marcha una importante iniciativa: el Pacto Verde Europeo. Reconociendo los acuciantes retos del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y el agotamiento de los recursos, el Green Deal se erige como un compromiso decidido para remodelar la trayectoria de la economía europea.
¿Qué es el "Pacto Verde" de la UE?
Desde el Acuerdo de París, la Unión Europea se ha comprometido a lograr la neutralidad de carbono para 2050 con el fin de reducir el cambio climático. El Pacto Verde Europeo representa una serie de medidas para guiar a la Unión Europea hacia una transición ecológica. Lanzado en diciembre de 2019 por la Comisión Europea, el Pacto tiene como objetivo trazar una hoja de ruta (establecida por el IPCC) para evitar superar el límite de calentamiento de 2°C (en comparación con la era preindustrial). Así, se han identificado dos ejes principales:
- La financiación de la transición medioambiental se apoya en sólidos planes de inversión. Estos planes implican fondos de inversión como Invest EU, que funcionan con una estructura de financiación compartida entre los sectores público y privado, cada uno de los cuales aporta el 50%. Para facilitar aún más las inversiones privadas, se aplican mecanismos como la fiscalidad, que incluye un impuesto sobre el carbono en los Nuevos Acuerdos Forestales sobre el Carbono (NACF). Además, la Directiva sobre informes no financieros (NFRD ) será progresivamente sucedida y sustituida por la Directiva sobre informes de sostenibilidad corporativa (CSRD).
- La transposición operativa del Green Deal, con el establecimiento denuevas políticas (agrícolas, energéticas...) o procedimientos aduaneros. Además, prevé poner fin a las cuotas de carbono para 2032-2034 e iniciar el CBAM (Carbon Border Adjustment Mechanism), incorporando un nuevo impuesto sobre el carbono en las fronteras para las materias primas y los productos semiacabados más contaminantes y producidos en el extranjero.
El impacto transformador del Pacto Verde Europeo va más allá de la protección del medio ambiente y ofrece un potencial considerable para el crecimiento económico, la creación de empleo y el avance tecnológico. La integración de políticas clave como la Estrategia de la Granja al Tenedor y el Nuevo Plan de Acción para la Economía Circular subraya el compromiso del acuerdo con la creación de una Europa más sostenible.
¿Cuál es el objetivo de esta iniciativa?
Europa está firmemente comprometida con la economía circular para adoptar un modelo sostenible. Sus principales objetivos para 2030 son:
- Hacer frente al cambio climático: Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 55% (en comparación con los niveles de 1990) y convertirse en el primer continente climáticamente neutro en 2050.
- Proteger los recursos de la Tierra: Preservar y restaurar los ecosistemas y la biodiversidad
- Desarrollar una economía limpia y sostenible: Movilizar a la industria y proporcionar energía limpia, asequible y segura (Plan de Acción para la Economía Circular)
- Invertir 1 billón de euros en energías limpias
- Reducir el consumo de energía en un 32
¿Qué repercusiones tiene para las empresas?
El Pacto Verde Europeo introducirá requisitos de sostenibilidad social y medioambiental más estrictos para la producción primaria e industrial. Las PYME de terceros países tendrán que facilitar información más detallada sobre los productos que exportan a Europa. Los costes de producción y exportación pueden aumentar a corto plazo, pero también mejorará la competitividad en un mercado mundial sostenible a largo plazo.
También se animará, o incluso se exigirá, a las empresas que adopten fuentes de energía más limpias. Esto podría implicar el cambio a energías renovables, la mejora de la eficiencia energética operativa y la inversión en tecnologías más respetuosas con el medio ambiente.
La Directiva CSRD marcará un antes y un después en la transparencia de las empresas. Aplicada el 5 de enero de 2023, tiene por objeto :
- normalizar los informes de sostenibilidad de las empresas y mejorar la disponibilidad y calidad de los datos divulgados.
- refuerza la actuación de los agentes económicos (desarrolla una política de RSE para reducir los impactos negativos y anticipar los riesgos para las empresas)
- fomentar una financiación más sostenible
En consecuencia, un conjunto más amplio de empresas tendrá ahora que cumplir las normas europeas obligatorias de elaboración de informes de sostenibilidad y facilitar información detallada sobre sus riesgos, oportunidades e impactos materiales asociados a consideraciones sociales, medioambientales y de gobernanza. Serán responsables de medir su impacto y auditar a sus socios de primer nivel en Francia y en el extranjero.
En función de sus impactos medidos, podrán acceder a financiación a tipos preferentes. Así, las instituciones financieras dejarán de financiar empresas o proyectos que generen impactos excesivamente negativos. Las empresas ya sujetas al NFRD serán las primeras en publicar sus informes (2025) de acuerdo con estas nuevas normas.
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